Una oficina compartida puede tener muchas cosas: buena luz, muebles cómodos, café decente. Pero hay algo que a menudo se escapa al radar de lo tangible y que, sin embargo, es capaz de definir la experiencia entera: el olor. En los coworkings modernos, ese matiz invisible se ha convertido en una herramienta sensorial tan sutil como poderosa. Porque no hay branding más directo que el que llega sin avisar, por la nariz.

Hablamos de la aromatización. Y no, no de esos ambientadores de supermercado que saturan el aire con una falsa brisa marina. Hablamos de una disciplina que mezcla tecnología, diseño y psicología para convertir espacios en lugares donde apetece quedarse. Espacios que no solo se ven bien, sino que se sienten bien.

Un matiz invisible que dice mucho más de lo que crees

Un coworking bien aromatizado no es una moda ni una excentricidad, sino una declaración de intenciones. Te explicamos cómo funciona la aromatización profesional, por qué deberías considerarla como parte de tu identidad de marca y qué puedes esperar si das el paso.

El poder discreto del olfato

El sentido que nunca descansa

No lo controlamos. El olfato va por libre. Respiras y, sin darte cuenta, tu cerebro ya ha decidido si ese lugar es acogedor, serio, natural o estridente. Las fragancias activan memorias, emociones, y en entornos laborales, pueden ser la diferencia entre un espacio que inspira y uno que simplemente cumple.

Coworking: un punto de encuentro… y de impacto

Cada día, un coworking recibe personas distintas: creativos, programadores, freelancers, clientes, inversores. La convivencia exige un lenguaje común, y el olor puede ser ese hilo invisible que lo conecta todo. Una fragancia adecuada equilibra, acoge y deja huella. ¿Hay algo más profesional que eso?

La maquinaria invisible del buen olor

Aromas pensados, no improvisados

En Servifress lo tenemos claro: cada espacio tiene su propia narrativa, y el aroma debe acompañarla. Por eso no trabajan con soluciones genéricas. Se escucha, se analiza, y se propone. Cítricos para las zonas de entrada. Lavanda o bambú para salas de relax. Amaderados para salas de reuniones donde se deciden cosas serias. La fragancia como subtexto.

Tecnología silenciosa, resultado que se nota

Los dispensadores de Servifress funcionan con nebulización en seco. No hay sprays, ni residuos, ni ruidos molestos. Solo un aire que se siente mejor. Que acompaña sin imponerse. Y que puede ajustarse en intensidad y horarios, según el momento y la necesidad.

Mantenimiento: eso que no se ve pero que sostiene todo

Detrás de cada coworking que huele bien hay alguien que lo mantiene. En Servifress nos encargamos de todo: reposición de fragancias, revisión técnica, ajustes por temporada. Lo llaman soporte continuo. Otros lo llamarían tranquilidad.

Cómo se transforma un coworking, sin mover ni una mesa

Etapa uno: ver, oler y entender

El proceso comienza con una visita. Se analiza el espacio, sus usos, los flujos, su personalidad. Porque no es lo mismo un coworking centrado en startups que uno orientado a bienestar.

Etapa dos: poner nombre al ambiente

Se elige la fragancia adecuada para cada zona. No hay recetas fijas, pero sí una premisa: que cada rincón diga algo. Que el aire también comunique.

Etapa tres: instalar sin molestar

Los sistemas se colocan sin obras ni complicaciones. La discreción es parte del encanto.

Etapa cuatro: acompañar

Porque los espacios cambian, y también los usuarios. La aromatización acompaña ese movimiento. Se adapta, se actualiza. Respira con el espacio.

Historias que huelen a acierto

Un coworking en Sevilla, orientado a creativos, apostó por bergamota y cedro. Resultado: un espacio más concentrado, menos bullicioso.

En Madrid, un centro de negocios optó por notas especiadas. Profesionalidad olfativa, la llamaron. Y en Valencia, un espacio wellness encontró en el romero y la lavanda su firma sensorial. El resultado no fue inmediato, pero sí constante: más reservas, más permanencia.

Algunas pistas extra para ir un paso más allá

Las estaciones también tienen olor

No huele igual un coworking en julio que en noviembre. Juega con ello: cítricos en verano, especias en invierno, flores suaves en primavera.

El olor como parte del relato de marca

Si tu coworking tiene una personalidad definida, que el aroma la refuerce. Natural, minimalista, industrial, slow… Todo comunica.

Llevar el aroma más allá del espacio

Folletos, tarjetas, detalles para clientes. El branding olfativo también se puede tocar.

Dudas que surgen, respuestas que aclaran

¿Y si alguien se queja del olor? 

Se trabaja con fragancias suaves, hipoalergénicas y adaptadas al entorno. Además, se puede sectorizar la difusión. Hay margen.

¿Esto vale la pena en un coworking pequeño? 

Quizá más aún. En espacios reducidos, cada detalle pesa. Y el olor puede ser ese plus que fideliza.

¿Hace falta cambiar el aroma cada mes? 

No. Puedes mantener una firma olfativa constante o jugar con las estaciones. Es una decisión estratégica.

Una invitación a respirar distinto

No todo se ve. No todo se mide en likes o metros cuadrados. A veces, lo que transforma un espacio es aquello que simplemente se siente. En Servifress lo saben bien: llevan tiempo ayudando a empresas a cuidar lo invisible.

Si tu coworking quiere ofrecer algo más que un escritorio y conexión Wi-Fi, quizá sea el momento de pensar en qué historia está contando el aire. Y si no está contando nada, entonces hay mucho por hacer.

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